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PORNOGRAFÍA
Si te atrae ver a dos mujeres dándose placer, no estás sola. Le hemos preguntado a 26 mujeres sobre porno y estas han sido sus respuestas.
El porno, ese gran desconocido entre las mujeres. O mejor dicho, el gran tabú y el gran prejuicio de las mujeres. Porque sí, el porno no es solo cosa de chicos. Hay mujeres a las que les gusta ‘ponerse a tono’ viendo un vídeo de triple X a la hora de masturbarse (porque, sorpresa, las mujeres también se masturban).
El matiz está en qué tipo de porno se consume en el sector femenino y por qué, por regla general, este tipo de cine adulto suele generarnos rechazo.
Le hemos preguntado a 26 chicas para que nos contesten de forma totalmente anónima a través de un cuestionario sobre qué es lo que les gusta y qué no del porno.
El 61,5 % de las encuestadas no ven porno para masturbarse mientras que el 38,5% sí que lo hace. El 50% asegura no verlo nunca (ni para masturbarse ni por curiosidad ni nada) mientras que el resto lo ven solas (34,8%), tanto solas como acompañadas (11,4%) o siempre en compañía (3,8%).
¿Con qué frecuencia se ponen estos vídeos nuestras encuestadas? El 7,7% lo ve una vez al día, el 19,2% una vez a la semana, el 7,7% una vez al mes y el 34,6% una vez al año.
El principal problema que estas mujeres encuentran es el machismo y el sexismo que suele haber en este tipo de vídeos eróticos y que se centran en darle placer al hombre cumpliendo sus fantasías o filias. Por este motivo, les cuesta más sentirse identificadas.
Las que sí se denominan consumidoras de porno explican que les gusta el “morbo que genera”, el poder “excitarse de una manera rápida”, las “fantasías” que se pueden tener y “aprender nuevas posturas o cosas distintas en el sexo”.
Aunque algunas de ellas confiesan sentirse mal por verlo por la representación de la mujer como un objeto: “me siento culpable las pocas veces que lo veo al pensar que hay actrices y actores que pueden haberse visto obligados a hacerlo”.
Otra de nuestras encuestadas explica el motivo por el que dejó de hacerlo: “Lo veía hace un año más o menos por la variedad de contenido (sobre todo el amateur), pero dejé de consumirlo cuando me di cuenta de la realidad detrás”.
Las detractoras lo consideran “irreal”, “machista”, “falocentrista”, es decir, “demasiado centrado en los hombres”, “que la mujer no disfruta”. Debido a esto existe otra corriente de porno más indie que pone el foco en el placer de la mujer dejando de lado la agresividad imperante del porno tradicional.
El tipo de porno que consumen nuestras encuestadas abarca un abanico muy amplio porque ya sabéis, para gustos los colores: desde amateur hasta los que son de sexo oral a la mujer, pasando por vídeos de parejas o tríos “pero que sean naturales”,” relaciones inusuales como en un aseo público” o el porno gay y lésbico.
El 40,9% son heterosexuales pero reconocen que les excita ver a dos mujeres disfrutándose. El 13,6% son heterosexuales pero les gusta ver tanto porno lésbico como homosexual mientras que el 9,3% de las encuestadas no son heterosexuales y ven de todo. Y el 36,2% dicen que no les gusta el porno ni lésbico ni homosexual.
Aquí es cuando entra en juego la pregunta del millón. ¿Se han replanteado alguna vez su sexualidad por excitarse con el porno lésbico?
Pues bien, tenemos un empate: el 45,5% reconocen haber cuestionado su sexualidad al ver este tipo de porno entre mujeres mientras que el 45,5% no.
En el resto de porcentaje que falta nos encontramos a una de nuestras encuestadas que nos aclara que no es hetero y que le gusta ver de todo y a otra que aunque no ve porno nos confiesa cómo descubrió su condición como bisexual:
“Aunque no veo porno, cuando he visto imágenes que podríamos considerar "excitantes" entre mujeres (en videoclips, por ejemplo), efectivamente me he sentido atraída. Esas situaciones sumadas a otras, me han hecho replantearme mi sexualidad hasta llegar a la conclusión de que soy bisexual”.