AUTO-REPASITO
La reflexión viral de esta psicóloga y tiktoker ha hecho que muchas personas aprendan un truco muy valioso para evitar sentir celos o rabia por una persona. Controlar los pensamientos automáticos es la forma más eficaz de identificar las pequeñas traiciones que nuestro cerebro nos provoca.
Sentir celos o rabia por una persona de nuestro entorno es algo habitual y natural, ya que nuestro cerebro ha evolucionado para identificar aquellas cosas o personas que pueden suponer una amenaza para nuestra seguridad o nuestro bienestar. Pero hay ocasiones en la que esta detección de amenazas puede salirse de control, y acaba provocando que una persona se vuelva obsesivamente celosa. La reflexión de esta psicóloga y tiktoker tras una de sus sesiones ha servido para que miles de personas aprendan un truco con el que controlar esos pensamientos intrusivos que a veces nos juegan malas pasadas.
La clave para solucionar cualquier inquietud que ataque a nuestra salud mental es hacerse consciente de los filtros cognitivos que aplicamos en la interpretación que hacemos de la realidad. No percibimos el mundo tal y como es, sino que nuestras experiencias, traumas y opiniones le aplican un filtro y, a veces, la altera para que veamos cosas que en realidad no están ocurriendo. Sentir que todo lo que una persona hace o dice es una amenaza para nosotros es, casi siempre, una percepción falsa que se obtiene a través de uno de estos filtros cognitivos.
Es importante aprender a analizar las cosas poniendo cierta distancia y de forma racional, intentando que las emociones o nuestras experiencias pasadas no alteren nuestra visión de lo que está ocurriendo. Comunicarse de forma asertiva con la persona que nos está haciendo sentir esos celos o esa rabia puede ser de mucha ayuda para resolver el conflicto, pero debes prepararte para mantener una conversación que no derive en una discusión acalorada influida por las emociones. Conoce la percepción de la otra persona sobre el asunto y confía en ella; tener una relación con alguien en quien no confías es una condena a la frustración y los celos, y estos acabarán generándote ansiedades innecesarias.