TOO FAST

¿Por qué nos mareamos cuando nos levantamos muy rápido?

No importa la edad que tengas, lo más probable es que sientas mareos cuando te levantas de una silla o de la cama, ya que su causa es inevitable.

Una mujer mareada.freepik.diller / Freepik

Apostamos lo que quieras a que alguna vez te ha ocurrido la siguiente situación: pasas un ratito sentado en el sofá o tumbado en la cama, y de repente alguien te llama o te acuerdas de algo importante que tenías que hacer, y te levantas de golpe. Das un par de pasos, y de repente tu visión se nubla, tu cabeza da vueltas y sientes un hormigueo por tus brazos y tus piernas. Que no cunda el pánico, no te está dando un bajón de azúcar: simplemente, la presión arterial está descompensada, y la sangre no está llegando de forma adecuada a todas las partes de tu cuerpo.

Cuando pasas mucho tiempo en reposo, y tus brazos y piernas están en posición horizontal, la sangre empieza a quedarse más retenida en ellos, pero no notas nada porque no te estás moviendo y tu cuerpo puede equilibrarse sin problema. El drama llega cuando obligas a tu sistema circulatorio a mandar sangre a todo tu cuerpo en muy poco tiempo, porque no le da tiempo a llegar, y tu cerebro entra en shock hasta que le llega la cantidad de sangre necesaria para funcionar. En cuanto al hormigueo que sientes en brazos y piernas cuando te mareas, se debe a que esa gran cantidad de sangre que se había quedado retenida en ellos está tratando de circular lo más rápido posible y en contra de la gravedad, porque te has incorporado. Es la misma sensación que tienes cuando se "duerme" una parte de tu cuerpo, y tiene el mismo origen.

Pero aquí lo que importa es lo siguiente: ¿cómo evitamos sentir estos mareos? Pues lo más probable es que ya te hayas dado cuenta de cómo lograrlo: no te incorpores a gran velocidad, porque no hay forma de evitar que la sangre se acumule en tus extremidades cuando te sientas o te tumbas. Pero lo que sí puedes hacer es atajar el mareo cuando te ocurra la próxima vez, ya que, si te vuelves a sentar, esa sensación tan desagradable desaparecerá de inmediato. ¡Y sobre todo, ni se te ocurra bajar escaleras justo después de incorporarte, a no ser que te apetezca saber lo que hay en la otra vida antes de tiempo!