ESTO DEBE PARAR
Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla donde el cuerpo y la imagen de las mujeres siguen siendo sexualizados. En esta ocasión, la influencer RoRo es el centro de una polémica tras los desagradables comentarios de algunos hombres en Twitter/X que sugieren que debería abrir una cuenta en OnlyFans. ¿Por qué, en pleno 2024, seguimos cosificando a las mujeres?
El machismo en las redes sociales sigue demostrando que, a pesar de los avances feministas, las mujeres continúan siendo objeto de sexualización. Este fue el caso de RoRo, la influencer que actualmente está en el top de TikTok España, quien se ha visto envuelta en una desafortunada polémica. Todo comenzó cuando el usuario @rhevolver, que cuenta con más de 300 mil seguidores en Twitter/X, publicó lo siguiente: "La RoRo la rompería fácil en el OnlyFans", acompañado de una foto que claramente buscaba sexualizar a la joven tiktoker. Este tipo de actitudes no es nuevo ni aislado; de hecho, forma parte de una cultura online donde las mujeres, sin importar su talento o logros, son tratadas como objetos de deseo.
En respuesta a este tuit, @blackwick comentó: "Se nos caería una mujer tradicional, pero nacería una pornstar". Un comentario muy desafortunado que demuestra cómo los hombres reducen a las mujeres a simples objetos que tienen que encajar con sus expectativas. Este tuit fue señalado por la usuaria @gonsabella, quien respondió: "¿No habíamos quedado en que RoRo era la expresión máxima de la pureza, castidad, mujer tradicional y el tipo de mujer a la que se respeta? ¿Por qué la estáis sexualizando?".
La publicación de @gonsabella obtuvo rápidamente apoyo, con comentarios como: "Odian a las mujeres y les cuesta decirlo. Son lamentables y ni lo disimulan". La hipocresía quedó al descubierto: quienes alaban a RoRo por su supuesta imagen "tradicional" son los mismos que no dudan en reducirla a un objeto sexual en cuanto les conviene.
La sexualización de las mujeres en internet es un problema que va más allá de un tuit ofensivo y muy desagradable. Implica una narrativa social que posiciona a las mujeres como objetos de consumo, ignorando su autonomía y logros. El caso de RoRo es solo uno más en una larga lista de mujeres que, independientemente de lo que hagan, se ven sometidas a la constante presión de cumplir con expectativas físicas impuestas por una cultura machista y superficial. Y, además, si las cumplen no se escapan de comentarios donde solo las reducen a simples objetos.
Lo que debería preocuparnos es que estas mujeres sean sexualizadas y que este tipo de actitudes refuerzan el control sobre sus cuerpos. En lugar de ser vistas como creadoras de contenido, artistas o simplemente personas, se las sigue viendo como objetos disponibles para el juicio y el deseo de los demás.
En este contexto, la crítica ante estas actitudes es más necesaria que nunca. Las mujeres no existen para cumplir con las expectativas de otros, ni su valor debe estar ligado a su físico. La libertad de las mujeres en internet pasa por desmantelar esta cultura que las oprime y las cosifica.