UNA REFLEXIÓN NECESARIA
Un enfermero, llamado @perdidueblog en Twitter/X, ha querido contar su experiencia en este tema para concienciar sobre la cruda realidad social que se oculta detrás de esta clase de pacientes.
Los profesionales de la salud se enfrentan a diario a decenas de situaciones complicadas. Y no me refiero únicamente a casos médicos, sino también a los casos humanos y a las situaciones personales que rodean a los pacientes. Sobre esto ha querido concienciar en Twitter/X un enfermero llamado @perdidueblog —Perdidue de ahora en adelante en este texto — en la red social, que ha triunfado con un hilo muy viral (y muy necesario, todo sea dicho).
Hace unas horas, la foto de una zanahoria sacada del recto de una persona y filtrada por algún trabajadora sanitario, ha revolucionado por completo las redes, generando un importante debate ético y moral entre los usuarios. A raíz de esto, Perdidue ha querido contar su experiencia personal y profesional tras "haber atendido a decenas de personas" que han llegado a la UCI después de realizar prácticas sexuales de alto riesgo.
Según explica, su unidad recibe uno o varios casos a la semana de pacientes en coma tras realizar prácticas sexuales de riesgo. "Generalmente, hablamos de usuarios de chemsex: GHB, mefedrona, ketamina en altas dosis… En la jerga actual, a estas drogas se les conoce como "churri" [...] y acudir a los locales en los que se consumen y se práctica sexo con decenas (de personas), es una actividad a la que se refiere como ir de chill", ha comentado.
Cuando estos pacientes llegan al hospital, "muchos aún tienen puestas gomas de compresión en los genitales, calzoncillos y tangas que rompen esquemas, a otros les salen a veces cosas por el ano en las movilizaciones… y a nadie se nos ocurre ni por un segundo sacar fotos de nada de eso". Sin embargo, la reflexión propuesta por Perdidue no tiene nada que ver con si está bien o mal (sobra decir, claro, que está mal) sacar una foto al paciente, sino con el contexto personal que existe detrás de estos pacientes.
Tal y como ha explicado este enfermero, en la mayoría de los casos se tratan de hombres de treinta años para arriba, que cuentan, varios de ellos, con intentos de suicidio en su historial y que "tienen unos dramas en sus vidas que dan para llorar". De hecho, asegura Perdidue, él mismo ha llegado a ver cómo muchos de estos pacientes, aún ingresados, son expulsados de sus casas o de sus familias. "Da la sensación de que son personas que han estado reprimidas mucho tiempo, y encuentran en esto una válvula de escape. Una salida de la que se hacen adictos, con todo el drama personal y familiar que supone", continúa.
Para finalizar, Perdidue ha comentado lo siguiente: "Cuando a día de hoy veo la foto de un objeto como una zanahoria metida por el culo, lo que pienso es que no tiene a mano nada mejor diseñado para ello, que por vergüenza o por falta de medios no pueden satisfacer lo que puede ser una necesidad para mucha gente". Una reflexión, sin duda, muy necesaria que nos ayuda a ver la realidad detrás de un tipo de pacientes que, en muchas ocasiones, son sometidos a burlas. Chapó por Perdidue.