PILLADO, LITERALMENTE
El vídeo de este ladrón se ha hecho viral por la divertida torpeza con la que intenta llevar a cabo su robo: además de fallar dos veces al tirar del bolso que quería robar, queda atrapado por el conductor de autobús y recibe una lección que probablemente nunca olvidará.
Que una persona se dedique a robar no significa que sea especialmente habilidosa en ello. Twitter ha rescatado y vuelto viral un vídeo de uno de los ladrones más torpes de la historia, captados en cámara en plena acción. Se trata de un intento de robo ocurrido en un autobús hace ya varios años, pero que ahora ha resurgido en redes por lo divertido que resulta: un joven sube a un autobús fingiendo ser un pasajero normal, e intenta robar el bolso de la mujer que está sentada en el primer asiento.
La señora lo agarra tan fuerte que el ladrón no consigue arrancárselo, y para tratar de salir del apuro se le ocurre el engaño más simple posible: fingir que era una broma. Cuando cree que ha distraído a todos con su treta, vuelve a intentar tirar del bolso; sin éxito, una vez más. Derrotado, intenta salir del autobús para luego darse cuenta de que el conductor le ha tendido una trampa: cierra la puerta para evitar que salga, y el ladrón, que mete la mano para evitar quedar encerrado, se pilla los dedos con la puerta y no puede moverse.
Su amigo, que estaba esperándole fuera, no consigue evitar que la puerta se cierre, y el conductor arranca para separarlos. Parece que no era la primera vez que alguien intentaba liarla en su autobús, porque llevaba lista una porra con la que golpear a quien fuese necesario. Mientras conduce, este héroe anónimo pega con fuerza y en repetidas ocasiones al ladrón, que pide clemencia mientras se arrincona contra la puerta. Tras unos minutos de severo castigo, el autobús para junto a la policía para que el ladrón sea detenido.
Este curioso episodio tiene tantos giros de guión que Twitter no ha podido evitar convertirlo en un fenómeno viral. Ni las películas tienen un ritmo de acción tan bueno como este clip, captado por la cámara de seguridad del autobús. Es probable que muchos hayan tomado nota de que estos lugares no son la mejor elección para perpetrar un robo: el misterioso conductor de autobús y sus implacables golpes siempre andan al acecho.