¿FRAUDE O ARTE?
La artista Vita Kari ha causado un enorme revuelo con su performance en Art Basilea, donde se encerró en una jaula simulando ser una tiktoker. Los asistentes podían presionar botones para que realizara acciones humillantes, lo que generó un intenso debate sobre el impacto de las redes sociales y su exposición extrema.
En la última edición de Art Basilea, una de las ferias artísticas más prestigiosas del mundo, la artista Vita Kari ha captado la atención con una performance que no ha dejado a nadie indiferente. En un vídeo que rápidamente se ha viralizado en TikTok, se puede ver a Kari dentro de una jaula simulando ser una tiktoker, mientras los asistentes interactúan con ella pulsando botones que desencadenan acciones, muchas de ellas denigrantes.
La obra, según explicó la propia artista, pretende ser una reflexión crítica sobre cómo las redes sociales han transformado nuestra vida privada en un espectáculo público, exponiendo nuestras vulnerabilidades y miserias a cambio de atención digital. "Las redes nos fuerzan a hacer actos privados de forma pública", señaló Kari en su vídeo.
La instalación de Kari no era solo una representación física, sino un espejo de las dinámicas de las plataformas sociales. Al pulsar los botones, los espectadores podían obligar a la artista a realizar gestos exagerados, bailar o expresar emociones falsas, acciones que muchos consideran una alegoría de lo que significa "performar" para conseguir likes y visualizaciones en Internet.
La reacción del público ha sido tan dividida como intensa. Mientras algunos aplauden la valentía y el mensaje de Kari, calificando su obra como una representación poderosa de la alienación moderna, otros se han mostrado confundidos o incluso críticos, afirmando que la performance no se entiende fuera del contexto artístico.
La polémica no terminó ahí. Durante la exposición, la policía intervino al no entender la intención de la obra. Cubrieron la jaula con telas, argumentando que se trataba de una escena inapropiada para los asistentes. Esta acción no hizo más que alimentar el debate en las redes, donde usuarios de TikTok han comentado en masa el vídeo viral de la intervención, interpretándola como un reflejo irónico de la incomprensión hacia el arte contemporáneo.
La performance de Vita Kari no solo ha dejado una marca en Art Basilea, sino que también ha planteado una discusión urgente sobre el impacto de las redes sociales en nuestra privacidad y la constante presión de estar expuestos en un escaparate digital.