QUÉ MAL GUSTO
El creador de contenido español Kelton D. se convirtió en el centro de una tormenta en redes sociales después de que un clip viral lo mostrara empujando a un hombre mayor dentro de un tren en Fukuoka, Japón. La escena fue captada en su directo y rápidamente suscitó rechazo, críticas y una disculpa pública.
La escena española del streaming IRL ha vivo uno de sus momentos más bochornosos después de que un creador de contenido haya empujado a un anciano en un tren en Japón. El incidente ocurrió durante una transmisión en vivo cuando Kelton D., conocido por sus contenidos tipo IRL y viajes extremos, estaba dentro de un vagón del metro en Japón. En las imágenes que circulan en redes, se aprecia cómo un anciano se acerca y le reclama en japonés que modere su comportamiento, pues el streamer estaba haciendo ruido y ocupando un asiento reservado para personas mayores o embarazadas. La tensión escaló en pocos segundos y Kelton le propinó un empujón, y incluso un segundo empujón mientras decía: "¡Para, hermano! No me toques".
La reacción fue inmediata. Usuarios japoneses y de todo el mundo condenaron el gesto por considerarlo una falta de respeto grave en un país donde las normas de convivencia pública, como el silencio en transporte público, tienen una mayor importancia cultural. Algunos comentarios lo calificaron de incivilizado o turismo invasivo. Otros recordaron que, en Japón, ocupar asientos prioritarios sin necesidad y usar un volumen alto en espacios cerrados pueden ser vistos como faltas de etiqueta.
Pocas horas después de que el vídeo se viralizara, Kelton publicó una disculpa en sus redes sociales. Admitió que su comportamiento "no fue el más correcto" y aseguró que actuó bajo la presión de una situación que, dice, percibía como agresiva: "Me disculpo, pero fue para defenderme de la constante intimidación que recibía", explicó. Añadió que esperaba que se entendiera que no había intención de hacer daño.
Sin embargo, su versión no calmó las críticas. Muchos usuarios respondieron que la defensa propia no justifica la agresión, especialmente hacia alguien mayor. Algunos medios japoneses y latinoamericanos ya informaron que Kelton cerró temporalmente su cuenta de Twitch ante el torrente de mensajes negativos que recibió.
Este suceso plantea interrogantes sobre los límites que algunos creadores están dispuestos a cruzar en nombre del contenido IRL. Retransmitir en espacios públicos puede atraer audiencias, pero también obliga a asumir responsabilidades éticas. En Japón, las conductas disruptivas no solo molestan, sino que pueden herir sensibilidades muy arraigadas en la cultura local.
En suma, lo que pudo haber empezado como un elemento llamativo para su público terminó siendo una crisis de reputación. La viralización del empujón, la indignación global y la disculpa pública muestran que el código de conducta en el streaming tiene límites que no todos respetan. Para Kelton, esta polémica probablemente marcará un punto de inflexión en su relación con la audiencia y con su estilo de contenido en directo.