CRIMEN CULINARIO

Las terribles patatas bravas de este bar han desatado la ira de todo Twitter

La comida es buena, la comida es sabia, la comida es un sacrosanto ritual que hay que respetar. Sin embargo, una buena noche, todo aquello en lo que creemos como civilización se ve derrumbado cuando en un bar te sirven un subproducto y tienen el valor de llamarlo patatas bravas.

Imagen de archivo de un plato de patatas bravasiStock

Ni lo más básico. Ni el mínimo. A veces entras en un bar o un restaurante y te encuentras que la democracia no ha llegado a sus fronteras. Que se mueven por el salvajismo más extremo y no respetan los límites que hemos establecido como sociedad para garantizar un funcionamiento decente que nos permita avanzar. ¿No nos creéis? Mirad el caso del tuitero @niicoRM_, que una noche cualquiera acudió a un bar, pidió unas patatas bravas y se encontró… En fin, se encontró con esto.

Unas patatas de bolsa, unas chips cualquiera. Acompañadas de un tarrito que igual es tomate, pero no parece una salsa brava de las de verdad. Para redondear la jugada, el montante final de tal… “manjar”... es de seis euros. Seis machacantes. Seis monedas como seis soles. Vamos a intentar ser corteses y permitir que la música exprese por nosotros lo que sentimos al ver este… atentado gastronómico realizado con nocturnidad y alevosía.

Las respuestas a este tuit han dejado bastante claro cuál es la opinión mayoritaria: estas pseudopatatas bravas son un crimen culinario que falta al respeto a un plato tradicional del tapeo español. ¿Y si unos inocentes turistas pidiesen esas bravas y se volviesen a su país totalmente decepcionados, pensando que ese es el famoso pincho que tanto les recomendaban? Twitter ha dictado sentencia: totalmente inaceptable.

Mandamos nuestro apoyo a todos los tuiteros afectados por tamaña desfachatez y confiamos en que la denuncia pública ejercida mediante el uso del altavoz de las redes sociales produzca un profundo cambio en estas prácticas atroces, vulgares e infames.

Y, en caso de duda, permitimos que la música hable por nosotros una vez más. No se podrá comer bien en ese bar, pero se pueden definir sus actos perfectamente: