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El casero le informaba que iba a pagarle una bonificación por su contribución a pagar la hipoteca con el dinero del alquiler.
Tras su divorcio, Chris Robarge, de Massachusetts (Estados Unidos), alquiló una habitación durante una temporada, hasta que pudo encontrar un hogar. Aparentemente parecería que la historia acababa ahí, pero recientemente recibió una carta de su casero, quien le decía que iba a pagarle una bonificación de 2.500 dólares tras vender su casa. La carta, que ha desencajado a Robarge, incluía un cheque con el dinero prometido.
"Recientemente, una persona a la que le había alquilado me preguntó por mi dirección actual. Esta persona me alquiló un espacio en su casa que fue el primer lugar al que tuve que llamar hogar cuando tuve que dejar mi casa después de divorciarme", cuenta Robarge en una publicación de Facebook, junto con la fotografía de la carta y el cheque. "Pagué una cantidad bastante buena de dinero por mi alojamiento y realmente disfruté de mi tiempo allí, y como todas las situaciones de alquiler, pensé que eso era todo".
En la carta que el inquilino explicaba el motivo por el que decidieron otorgarle tal suma de dinero: consiguieron vender su casa y pensaron que lo mejor era otorgar a todos los inquilinos que pasaron por ella una retribución proporcional a lo que contribuyeron con su alquiler:
"¡Hola antiguo inquilino! Como ocupante de la propiedad, parte del alquiler que pagabas cada mes contribuía a cancelar mi hipoteca. Creo firmemente que la tradición capitalista de retener ese dinero después de la venta de una propiedad es explotadora y antiética en una sociedad justa". El casero explicó en la carta de manera objetiva las variables y los porcentajes que había tenido en cuenta para que el reparto fuera lo más justo siempre, añadiendo, dirigiéndose a Robarge que "fue una gran casa y me alegro de haberla compartido contigo".
Robarge, agradecido por el gesto del inquilino, no puede describir con exactitud cómo se sintió al leer la carta. "Todo lo que puedo decir es que hay personas que hablan sobre sus valores y hay personas que realmente los viven, y la razón por la que quería compartir esto es que quiero animaros a todos a vivir vuestros valores. Hacedlo fuera de tiempo, cuando nadie está mirando, pero hacedlo siempre".
Robarge ha decidido quedarse con 500 dólares para tapar algún agujero, y regalar el resto a asociaciones caritativas y a gente que lo necesite: "Quiero que esta buena acción llegue lo más lejos posible"