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La increíble historia del pequeño Smesten rescatado en Serbia por Goran Marinkovic.
Es injusto el trato que en ocasiones los animales sufren por parte de los humanos quienes, sin ningún escrúpulo, pueden abandonar a su mascota en medio de la carretera, colgarlos de un árbol... o incluso acabar con su vida. El abandono de mascotas es algo frecuente y los animales callejeros viven en condiciones muy adversas, peligrando su salud e incluso su vida. Afortunadamente hay personas que aportan su granito de arena invirtiendo su tiempo de manera desinteresada para que esta situación cambie para mejor.
Es el caso de Goran Marinkovic, un hombre residente en Serbia que dedica su tiempo y su dinero a ayudar a animales abandonados y a darles un hogar. En marzo de 2020, Goran se dirigía a alimentar perros cajeros cuando se topó con una sorpresa: un cachorrito del tamaño de la palma de la mano, durmiendo al lado de una zapato, que utilizaba como refugio para poder cobijarse.
El pequeño estaba hambriento y enfermo, así que Goran lo llevó a su casa, donde cuidó de él, lo alimentó y lo ayudó hasta que consiguió recuperarse por completo. Por fortuna, Smesten, que así lo bautizó, ahora es un perro joven, alegre y sano, pero por desgracia no todos los perros corren con la misma suerte.
Goran concedió una entrevista a Bored Panda, donde explicó su misión con los perros y gatos callejeros y el profundo amor que siente por los animales, en general, lo que le ha llevado a hacer esta labor desinteresada: "Salvo animales en peligro, que viven en la calle. Cuido a los animales por igual porque los amo". No hay día que Goran no encuentre un perro callejero. Hoy día, confiesa que alimenta a aproximadamente un centenar de ellos: "Yo alimento a los animales abandonados en la calle que no reciben comida de los humanos y no tienen dueños. Su número aumenta constantemente".
Goran, por lo general, trabaja solo, pero afortunadamente ha contado con la ayuda de sus amigos en varias ocasiones. No recibe ningún tipo de retribución económica por su labor, pese a que la alimentación y la atención veterinaria de los animales conlleva un alto coste y mucho tiempo. Pero para Goran, el amor por los animales va primero.