OLVIDONES CON CORAZÓN
Tras un trending topic eterno, el catalán pide a su millonaria audiencia que "no apliquen el ciberacoso a personas anónimas". Eso sí: a él le encanta el bombo que le han dado.
Cinco días en la cima de Twitter a nivel nacional es algo que ni Ibai ha conseguido. Una tendencia de lo más random ha hecho que Jordi Wild no se baje ni a tiros de lo más comentado de esa red social, en una mezcla de homenaje, cyberbullying, cachondeo y autocrítica que ya forma parte del argot influencer.
Sin embargo, el propio Jordi piensa que cosas como la que le han pasado a él pueden tener mucho peligro: "Voy a ser muy claro, sincero y realista: yo me beneficio de esto, a mí no me va mal. He ganado una cantidad brutal de seguidores en redes sociales, y a nivel económico sé que este vídeo va a monetizar de lujo".
Se refiere a su clip repasando con humor los memes que no han parado desde el finde pasado, todo por una bola de nieve gigante que nadie sabe apuntar a un origen. "Soy una figura pública, sé perfectamente a lo que me expongo, y además formo parte del colectivo más troll de todo el universo (streamers, youtubers y todo eso), [...] y no solo me la pela completamente sino que me hace gracia".
Es evidente que se ríe del asunto -"mis amigos y yo tenemos un cachondeo brutal con los memes"-, y tras subrayar que saca provecho de esa situación que ahora vive, recuerda que no es algo que pueda pasar cualquiera sin padecer penurias a nivel personal.
"Me refiero a gente que va a colegios o institutos y que recibe ese mismo tipo de trato, sin sacar ningún rédito más allá de la ridiculización que se hace de su persona", explica, señalándolo como acoso puro y duro. "Antes, cuando tenías un problema con alguien podías solucionarlo cara a cara; hoy en día, con internet, ya no".
"Una foto mala te la pueden coger y arruinar años de tu vida, y todo bajo la cultura de los memes". Jordi asegura que reírse de sí mismo a él le parece sano, pero lo dice a sus 37 años, con épocas de popularidad muy baja que ha sabido capear con autocrítica, y desde una posición cómoda a nivel profesional y económico.
"Yo me río de estas cosas porque hace años que no me tomo estas cosas en serio. Pero hay mucha gente a la que esto no se lo debéis hacer. [...] El cyberbullying está a la orden del día, es algo gravísimo y muy difícil de detener. Que hagáis cachondeo de Ibai, de Auron, de Rubius o de mí es normal. Va en el pack, y cuando miramos nuestras cuentas bancarias nos reímos más, pero a personas anónimas le podéis arruinar la vida con la ridiculización". Palabra de Jordi, y de esto es difícil hacer un meme gracioso.