CONTUNDENTE
La activista y creadora de contenido Mia Skylar ha publicado un vídeo en sus redes sociales tras las crecientes críticas que ha recibido por participar en debates con figuras tránsfobas. Skylar defiende su presencia en estos espacios como una forma de visibilizar y combatir los bulos, sin ánimo económico y pese al coste personal.
En los últimos días, Mia Skylar se ha convertido en objeto de debate dentro de la propia comunidad LGTBIQ+. La creadora de contenido trans ha decidido romper su silencio ante los señalamientos que ha recibido por aceptar participar en debates y charlas con perfiles abiertamente hostiles hacia las personas trans.
"¿Por qué a veces voy a lugares hostiles con las personas trans?", se pregunta en un vídeo que ha compartido en sus redes sociales. Asegura que su objetivo es desmontar en directo los discursos tránsfobos que, de lo contrario, quedarían sin respuesta. "En esos sitios sueltan bulos que se desmontan en un segundo", afirma, subrayando que su presencia sirve precisamente para contrastar la desinformación.
Skylar niega que lo haga por dinero: "Yo nunca he cobrado nunca yendo a un debate", asegura, y añade que en muchas ocasiones ha perdido más dinero del que ha invertido por desplazarse a estos espacios. Su decisión, explica, responde a una estrategia de activismo más directa: "El activismo tiene que ser útil. A esos sitios no va gente LGBT. La gente que va es gente que cogen a propósito para dejarla mal".
Con tono crítico, también se ha referido a la reacción de parte del colectivo que la acusa de blanquear esos entornos: "Lo triste es ver a gente de la comunidad LGBT haciendo de inquisición contra la propia comunidad". Para Skylar, estos ataques internos solo benefician a quienes quieren desprestigiar al colectivo: "Eso está haciendo que mucha gente malintencionada se ría de nosotras".
La activista concluye con un mensaje contundente: "Una persona trans puede estar en espacios mainstream porque una persona trans no es un subser que tiene que vivir en las alcantarillas". Una declaración que no solo defiende su postura, sino que reabre el debate sobre las estrategias de visibilidad y representación en tiempos de polarización.