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John, Paul, George y Ringo de nuevo en el submarino

LSD y psicodelia: Los Beatles reflotan Yellow Submarine 50 años después

La canción 'Yellow Submarine' apareció por primera vez en el álbum 'Revolver' y más tarde en el disco Yellow Submarine. Dicen que se le ocurrió a Paul McCartney (aunque la leyenda urbana cuenta que McCartney murió el año que la compuso), mientras estaba tumbado sobre una cama en estado de 'duermevela'.

Submarino amarillo de The Beatles Agencias

En Revolver escuchamos por primera vez la famosa canción del vehículo subacuático. Un disco que, por decirlo así, arranca una noche en la que Lennon, Harrison y sus esposas estaban en casa de su amigo, el dentista John Riley, quien insistió mucho en que se terminasen sus respectivos cafés.

Más tarde Riley les confesó que había vertido LSD en dicha bebida. Lennon, furioso, dijo: "¿Cómo mierda te atrevés a hacernos esto?". A esto le siguieron una serie de visiones, previsiblemente lisérgicas, que asustaron a los de Liverpool y a sus chicas, que escaparon en el Mini Cooper de Harrison. Lennon diría después: "Dios, fue horripilante, pero fantástico. La casa de George parecía como un submarino enorme”.

Ambos firmaron la co-autoría de Yellow Submarine, aunque John siempre admitió que fue más de Paul que suya y que nació como una pieza casi infantil que pudiera ser cantada por Ringo. Las sucesivas experiencias alucinógenas introdujeron a los Beatles en el universo del LSD. Pero no eran vírgenes en este sentido, fumaban marihuana con cierta regularidad desde que Bob Dylan los iniciase en el verano del 64.

Y hablando de iniciar y de LSD, John y George le sugirieron a Paul y Ringo que probasen ese mágico elixir que tantas y tan buenas experiencias les habían proporcionado. Ringo aceptó pero McCartney rechazó la invitación. Estaba convencido de que si iba a ese lugar jamás volvería a ser el mismo. Y eso fue precisamente lo que le sucedió a la banda.

Los alucinógenos contribuyeron en gran medida a que sus canciones fueran transformándose poco a poco en algo mucho más complejo, extraño, novedoso, y por su puesto, psicodélico. De hecho, ellos fueron quienes popularizaron a nivel global algo tan contracultural y undergound como la 'psicodelia'. Al LSD hay que sumarle la influencia de los sitares de Ravi Shankar por parte de Harrison.

Los cuartetos de cuerda fruto de la obsesión de McCartney por compositores como Stockhausen. Instrumentos electrónicos de todo tipo. Los cientos de efectos sonoros generados por Ian Sommerville, y un largo etc. La síntesis de todo esto son discos como 'Rubber Soul' y sobre todo Revolver, que llegó justo después. Para muchos, la banda sonora de una época y el disco que cambió la historia del Pop.

Todo o casi todo lo que tocaban lo convertían en algo novedoso o revolucionario. Por ejemplo, los videoclips. Lo visual era algo muy importante para ellos. Y tras varios videoclips y películas, llegó Yellow Submarine. No es tanto una película sino una experiencia naif, psicodélica y sonsorial plagada de guiños a la cultura popular. Su visionado es un viaje, como el propio viaje que emprenden los actores de animación que interpretan a Los Beatles y cuya misión es acabar, “gracias al poder de la música y la fuerza del amor”, con los Blue Meanies.

El dibujante y director George Dunning y el ilustrador Heinz Edelmann realizaron cada una de las animaciones a mano, algo que se ha intentado respetar al máximo en la versión que ahora se estrena. La parte instrumental fue obra de George Martin, un genio visionario de la producción musical más conocido como 'El Quinto Beatle'.

Lo curioso es que, la que probablemente sea la película más famosa de la banda y un icono de la beatlemanía, nunca llegó a interesar al cuarteto de Liverpool, que, más allá de ceder su imagen y unas pocas canciones, se desentendieron del proyecto.

Para conmemorar el 50 aniversario del estreno, la película de animación Yellow Submarine volverá a los cines el 8 de julio con copia restaurada en 4K. Las canciones han sido remezcladas en los legendarios Abbey Road Studios de Londres. Un film onírico y lisérgico que hablaba de combatir el mal con Paz y Amor. La película perfecta para el boom hippy de los 60.

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