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1.- Las heroínas de Jane Austen están mucho más cerca de Lena Dunham de lo que crees.
Ya es hora de que las feministas acepten a Jane Austen como una de las suyas. Es verdad que sus heroínas parecen encontrar la felicidad solamente a través del matrimonio, y que lejos de luchar por el sufragio femenino, se decantan por las intrigas de los bailes de salón y los baños en Bath.
Sin embargo, lo cierto es que la propia Jane Austen, a la que no le faltaron ofertas de matrimonio especialmente ventajosas, jamás quiso casarse, y aunque puede que sus novelas no puedan calificarse de feministas con todas las de la ley, sí contienen algunos detalles en los que se adelantó a las costumbres de su época y que rompieron ciertos estereotipos femeninos.
En este sentido, Miguel Ángel Jordán, vicepresidente de la ‘Jane Austen Society’ en España, destaca que “Austen defiende el matrimonio por amor, no por presión familiar, conveniencia económica o cualquier otro motivo de interés material. Las protagonistas de Jane Austen, por otro lado, no son perfectas. Son humanas, y, por lo tanto, tienen defectos”.
La profesora Katherine Halsey, especialista en Jane Austen, sí considera por el contrario que sus novelas fueron, y siguen siendo, subversivas. “En el corazón de todas las novelas de Austen está la cuestión de lo que significa ser una mujer inteligente en un mundo patriarcal”, dice. “Todas las heroínas de Jane Austen tienen que enfrentarse a situaciones en las que su intelecto entra en conflicto con unos poderes sociales que limitan sus elecciones vitales”.
2.- Jane Austen vivió en una época de crisis, como nosotros.
Si los millenials siguen leyendo con entusiasmo las novelas de Jane Austen, tal vez sea porque ésta, como nosotros, vivió en un tiempo de crisis e incertidumbre. La Revolución Francesa y las guerras napoleónicas cambiaron la sociedad inglesa completamente, y Austen tuvo que escribir sus historias en una época tan convulsa como la presente.
Sus novelas, sin embargo, llevaron la batalla de Waterloo a una taza de té. En lugar de plasmar los vertiginosos cambios que atravesó su generación, prefirió calmar los ánimos. Por ello, no es casualidad, dice Halsey, que el entusiasmo por Jane Austen resurja en las épocas de crisis, como sucedió durante ambas guerras mundiales y la época del 11-S.
“En un mundo posmoderno, asegura la profesora, los lectores encuentran consuelo en un pasado aparentemente más estable que este, donde los valores morales parecían certeros y las buenas obras tenían su recompensa”.
3.- No seríamos fans de Lindsay Lohan, si Jane Austen no hubiese escrito ‘Emma’.
Menos rodeos hay que dar para reivindicar a Jane Austen desde la cultura pop. Una de las películas preferidas de muchos jóvenes es ‘Chicas malas’, aquella película con Lindsay Lohan que, trece años después de su estreno, aún sigue llenando de memes y frases internet (“On Wednesdays we wear pink”). Pues bien, ‘Chicas malas’ no existiría sin ‘Clueless’, su hermana de los noventa, y resulta que el guión de esta última es una adaptación de una de las novelas de Jane Austen, ‘Emma’, una lectura que es tan divertida como ambas películas.
4.- Uno de sus libros inspiró la mejor película de Martin Scorsese.
También hay espacio en el corazón de los chicos heterosexuales para Jane Austen. Puede que a Mark Twain le entraran ganas de desenterrar a Jane Austen y golpearle el cráneo con su propia tibia cada vez que leía ‘Orgullo y prejuicio’, pero otros hombres tan ilustres como él sintieron debilidad por la escritora.
Como recoge Ignacio Peyró en su ‘Diccionario sentimental de la cultura inglesa’, “Disraeli se terminó 17 veces Orgullo y prejuicio; Winston Churchill, enfermo en plena guerra, pidió que se la leyeran en voz alta; y, por su parte, el filósofo Gilbert Ryle dejó dicho, al preguntarle si leía ficción, que se terminaba las seis novelas (de Jane Austen) cada año”.
La última novela de Jeffrey Eugenides, ‘La trama nupcial’, es un estudio de las novelas de la inglesa.
Incluso un director de cine tan relevante para el imaginario masculino moderno como Martin Scorsese es en un fervoroso austinita, y en una charla en el National Film Theatre dijo que ideó ‘Uno de los nuestros’ como una versión de ‘Mansfield Park’. También, que en cada palabra escrita por Jane Austen subyace una nota de violencia. ¡Y algunos siguen creyendo que era una cursi!
5.- Beetlejuice nació de la costilla de Jane Austen.
Incluso los góticos, a los que el nombre de Jane Austen muchas veces les da alergia (esas floridas portadas de sus novelas deben de tener la culpa), deberían sacar el reclinatorio y arrodillarse ante sus libros. Y es que si a alguien inspiraron las novelas de Jane Austen fue a Edward Gorey, autor de ‘Los pequeñines macabros’ y una de las influencias más claras en la obra de un director tan querido como Tim Burton.
Sin Gorey, no tendríamos a Tim Burton, y sin Jane Austen, probablemente no tendríamos al primero. Solo hay que leer ‘Juvenilia’, la recopilación de los escritos de juventud de Austen, para darse cuenta.