El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
CUANTA MÁS GENTE CONOZCO MÁS QUIERO A MI PERRO
Hablamos con Marta González Molinos, una de las responsables de la 'asociación Perre3'. Una asociación dedicada sobre todo a la educación, terapia y actividades asistidas con animales, más concretamente con perros. Marta es una de esas personas que tienen la suerte de poder vivir en primera persona el contacto real con los perros más allá de las rutinas habituales a las que estamos acostumbrados.
Y fue precisamente su pasión por los animales, unida a su pasión por la ayuda al prójimo, lo que la ha llevado desde hace tiempo ha dedicarse en cuerpo y alma a este tipo de actividades.
De alguna manera, pasa como con quien tiene o ha tenido hijos. Yo tuve perro, y precisamente por eso mi manera de tratar estos temas es distinta a quien nunca ha compartido su vida con un animal.
De hecho, estuve hablando con Marta sobre lo misterioso y enigmático de algunas situaciones vividas en primera persona y que están íntimamente relacionadas con su trabajo.
Le conté que durante una época de mi vida fui secuestrado por una especie de depresión, cómo esta generaba situaciones en las que la tristeza campaba a sus anchas y cómo en esos momentos tan crueles mi perra se acercaba sigilosamente, me miraba y se sentaba en mis pies mientras me observaba de reojo. Recordarlo me pone los pelos de punta.
Por eso me reitero cuando digo que mi manera de tratar estos temas es distinta a quien nunca ha compartido su vida con un animal. Marta sabe perfectamente de lo que estoy hablando antes de que acabe las frases. Ella tiene la suerte de profundizar y explorar cada día el comportamiento animal y aplicarlo al comportamiento humano.
Esas sinergias se manifiestan a través de sorprendentes y siempre positivos resultados. Según Marta, una de las claves del éxito es que el perro no juzga. Esa es la gran diferencia con respecto al terapeuta. La persona cuida y se divierte con el animal y viceversa. Y todo se produce de una manera natural. Sin preguntas, como digo, sin juicios.
Más allá de los perros y gatos, a veces también se trabaja con caballos, sobre todo con usuarios con autismo o parálisis en terapias relacionadas con el movimiento o psicomotricidad. Montando a caballo, siempre por supuesto acompañados de un experto, los usuarios experimentan diferentes grados de serenidad y tranquilidad que no podrían experimentar de otra manera.
El Hospital Universitario de Torrejón, gracias a su Proyecto Piloto de Terapia Asistida con Animales, a la colaboración de la organización Yaracán y al apoyo de la Universidad Rey Juan Carlos I, están trabajando en proyectos y convirtiéndose poco a poco en pioneros en nuestro país en lo que a esta área de investigación se refiere. Sobre todo con pacientes con alzhéimer, personas mayores con depresión involutiva y otras con rehabilitación tras intervención de prótesis de rodilla o cadera.
Por ejemplo, según sus estudios con pacientes de alzeheimer de avanzada edad, tras las Terapias Asistidas con Animales, los pacientes han respondido reduciendo su apatía, su tristeza y su ansiedad, y aumentando su rendimiento cognitivo, su nivel de interacción social y sus habilidades comunicativas. Según me cuenta Marta, ella ha visto cómo personas con alzehéimer sólo sonreían o recordaban cosas cuando se les hablaba de ese perro o ese gato que durante un tiempo compartió su vida con ellos.
Por desgracia, no sólo en España, sino en Europa, a excepción de Italia y algún otro país, estamos todavía en pañales. En USA van más avanzados que nosotros. Desde los 80 usan conejos, cabras, delfines, e incluso tortugas.
Las usan incluso para temas de violencia de género. Aquí en España, gracias a iniciativas como la del Hospital Universitario de Torrejón o a personas como Marta, en un futuro la Terapia Asistida con Animales será una realidad absolutamente homologada gracias a expertos en la materia y a profesionales como Marta. Quienes están consiguiendo mejorar la vida de las personas a través a través de los animales. Espero que esto sirva también para endurecer las multas y penas por maltrato y abandono animal. Es cuestión de tiempo.