CANDY MAN

Cosas que no deberías decirle a tu amigo con diabetes

Las enfermedades crónicas son compañeras silenciosas de muchas personas. Alguien con diabetes, por ejemplo, se pasará el día haciendo cálculos en su cabeza y estando pendiente de sus niveles de azúcar en sangre, lo que supone un esfuerzo constante. Si tienes un amigo en esta situación, te damos algunos consejos para que no metas la pata cuando hables con él.

Instrumentos habituales en la vida de una persona con diabetes.Pixabay

¿Puedes comer eso?

Nunca, nunca, nunca le digas a tu amigo con diabetes que si puede comer algo, no de forma juiciosa. Él mismo será la primera persona en tener controlado lo que puede o no tomar y cómo eso le va a afectar. Situación distinta es informar de las cosas que hay sobre la mesa y señalar comidas como mieles o salsas con mucha carga de hidratos de carbono. No prejuzgues, informa y ayuda.

Tienes diabetes porque comías mal de pequeño

La diabetes no surge por obesidad o por comer mal. Sí, pueden ser factores de riesgo, pero está feo presuponer que una persona ha acabado enferma por eso. Esta condición crónica surge de un fallo dentro del propio cuerpo que acaba atacando al páncreas. El organismo se lesiona a sí mismo y en eso no influye ninguna actuación de la persona. Hay diferentes tipos de diabetes y diferentes matices a tener en cuenta, pero no culpes a tu amigo por su enfermedad autoinmune: no fue por comer muchas chuches.

¿Me puedes medir el azúcar?

En el caso de los glucómetros, la varita no escoge al mago, sino que bajo toda circunstancia debe ser exclusiva del diabético en cuestión. Medirse el azúcar en sangre es una actividad mecánica, tediosa y algo molesta, pero los datos son muy relevantes para el control médico. No se trata de una curiosidad que ir probando con quien sea, dado que la mezcla de datos, por pequeña que sea, puede suponer una falsa interpretación de lo que ocurre en el cuerpo de la persona enferma. Además, hoy en día proliferan los sensores de glucosa para medirse directamente desde el móvil, ¡y esos sí que no se pueden compartir!

Qué suerte que estés tan delgado

La delgadez a causa de una enfermedad no es una cuestión a valorar de forma positiva. Los síntomas de la diabetes antes del debut incluyen tener mucha sed, cansarse muy rápido, tener mucha hambre pero apenas poder comer, orinar mucho y adelgazar tanto que se te notan las costillas. Ingresar de urgencia al hospital con 500 mg/dL en sangre es un peligro. La vida está en peligro y los desmayos por hiperglucemia son una posibilidad. Así que no, estar delgado no es ninguna virtud; y tampoco está nunca bien juzgar el cuerpo de una persona, tenga una enfermedad crónica o no.

No puedes hacer eso

Esta sería prima hermana de la frase inicial. No le digas a alguien con diabetes que no puede hacer algo. Sí, la enfermedad se mete de por medio en la vida laboral, social y personal, causa dificultades en el día a día. Pero si ya es difícil manejarse con lo que uno mismo se dice en su cabeza, no hace falta añadir baches con frases que no ayudan. Apoya, pregunta, entérate de lo que pasa por su cabeza y sé un buen amigo, no un obstáculo.