¿Romance entre Taylor Swift y Fernando Alonso? La divertida teoría que recorre la red
NO AL REGUETÓN
Cualquiera que utilice un poco las redes sociales sabe los tópicos básicos: Facebook es de cotillas y viejunos, TikTok de bailarines adolescentes, Instagram de posturetas y Twitter de gente enfadada opinando sobre cualquier tema. El tono que a veces utilizan los usuarios en esa plataforma le da un toque incómodo para quien no esté familiarizado con su funcionamiento, y normalmente aparece la última si ordenamos las redes por la hospitalidad.
Pero claro, hay excepciones, y la originalidad e inteligencia que a menudo demuestran los tuiteros (por muy anónimos que sean) a veces cambia la percepción que se tiene sobre ella. Tan fácil es llevar a un energúmeno buscando pareja a Trendic Topic internacional como hacer de una simple observación sobre gustos musicales un tema de conversación con miles de retuits.
Le ha pasado a una madre venezolana que observaba orgullosa los artistas que su hijo pequeño tenía en favoritos: clásicos del rock (o del grunge) como Nirvana, Bon Jovi, Radiohead o The Police. Con un respiro adicional: "nada de reguetón".
Lo que podría haber sido una reflexión anónima de los millones que surgen cada día en la plataforma tuvo un movimiento inesperado: alguien ironizó (oh sorpresa) sobre que la música había dejado de evolucionar desde los tiempos de Beethoven, más o menos, y ahí comenzó un combate amistoso de ingenio sobre cuáles son los orígenes de nuestro gusto por la lírica.
Cada tuit en la cadena se remontaba más atrás en el tiempo para resolver, como solo Twitter sabe hacerlo, la duda de cuándo dejó de ser un arte respetable. Que si Edad Media, que si cantos mayas o incluso erupciones. La reflexión de "esta es la mejor red social del mundo" parecía un buen resumen del hilo que acumula decenas de miles de likes, retuits y respuestas.
Como era demasiado bonito para ser verdad, la pobre madre también recibió su dosis de hate. Los gustos musicales de su hijo despertaron a una legión de haters que aventuraban un final trágico para su hijo. Como diría Don McLean en el temazo de American Pie: "Something touched me deep inside, the day the music died".