H2 OH NO
Respirar es un acto que damos por supuesto y en el que rara vez pensamos. En él participa el aparato respiratorio y otros elementos de nuestro cuerpo, pero igualmente relevante es el oxígeno en sí. Es tan importante que, si no existiera, el mundo tal y como lo conocemos cambiaría mucho, aunque fuera solo por 5 segundos.
Ya que estás leyendo estas líneas, aprovecha para hacer unas cosas: ponte recto y respira profundo de forma lenta y pausada. Inspira todo el aire que puedas, mantenlo un momento en tus pulmones y luego espira de forma relajada y constante. ¿A que se siente bien? De vez en cuando hay que recordar los pequeños placeres a los que podemos tener acceso a lo largo del día. Y, sí, respirar puede ser uno de ellos, como demuestra el hecho de que cualquier técnica de meditación pase por ese proceso controlado que permita dirigir las energías de forma correcta.
Para la respiración es esencial el oxígeno, que hace que funcionen muchas cosas no solo en nuestro cuerpo, sino también en nuestro mundo. No lo vemos, no lo tocamos, pero está en todas partes. Por eso, ante el supuesto escenario de qué pasaría si el oxígeno desapareciera durante 5 segundos, la respuesta sería mucho más catastrófica de lo que parece. Y no tanto porque no pudieras respirar, dado que en ese breve instante aún tendrías suficiente oxígeno encima y apenas lo notarías. No, el problema sería todo lo demás.
Por ejemplo, en nuestro entorno, afectaría a todo lo que tenga cemento, dado que el oxígeno actúa como un agente conectar en este material. Sin él, el cemento se convierte en polvo y todo queda en ruinas, preparando un nuevo paisaje apocalíptico que, ojo, no termina ahí. Porque si afectara a los metales y estos perdieran su capa de óxido, acabarían mezclados, lo cual impediría fabricar objetos con ellos. Si afectara a la capa de ozono, el Sol nos afectaría mucho más de forma negativa. ¿Nuestro oído interno? Reventado por el cambio de presión ¿Las combustiones que potencian máquinas y vehículos? Imposibles de realizar. ¿El cielo? Oscuro. ¿Y la corteza terrestre? Derruida. Por suerte, nada de esto va a pasar, y puedes seguir disfrutando tranquilamente de ese pequeño placer que es respirar.