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¿De verdad el amor no tiene edad?
Risto Mejide y Laura Escanes. Demi Moore y Ahston Kutcher. George Clooney y Amal Alamudin. Son parejas que tienen algo en común: la diferencia de edad entre sus miembros. Relaciones que, cuando salen a la luz, vuelven a poner de actualidad un debate tan viejo como las propia necesidad de encontrar pareja: ¿El amor tiene edad? ¿Hasta qué punto influye estar en diferentes etapas de la vida?
“Cuando empecé con Javier él tenía 30 años, y yo 20”, recuerda Alicia, sevillana. “Yo estaba empezando la carrera, y el trabajando. Él ganaba dinero y yo trabajaba de canguro. Todo el mundo decía que no pegábamos ni con cola”.
Pero sí pegaban. Y tanto que pegaban: han pasado 26 años desde entonces, Javier y Alicia siguen juntos y tienen cuatro hijos. “Quizá uno de los secretos de la estabilidad es, precisamente, no pensar demasiado en la edad que nos llevamos”, apunta Alicia.
Eso sí: aunque no se piense en ello, la diferencia de edad tiene sus cosas positivas y negativas. “Al principio yo era más madura por estar con él, y él más joven y niñato por estar conmigo”, cuenta Alicia entre risas. “Creo que es ahora cuando más se nota la diferencia de edad: él empieza a tener sus achaques, y yo no tanto”, bromea.
Julio, madrileño, también empezó una relación con 20 años. En su caso, al contrario que Alicia, ella era la mayor: tenía 31. Pero la cosa no funcionó. “Me parecía una diferencia inmensa”, cuenta. “Era obvio que estábamos en momentos diferentes. Yo no sabía ni qué iba a hacer con mi vida y ella ya estaba pensando en comprarse un piso. Incluso en su entorno algunas amigas empezaban a tener niños”, cuenta.
Había algo que les unía. “A ella le gustaba mucho salir por la noche, por lo que estaba encantada de estar conmigo”, cuenta Julio. “Pero claramente no tenía nada que ver con las chicas de mi edad. Cuando la llevé a mi casa y se la presenté a mis padres, mi madre la miró de una manera muy rara”, cuenta. “Estaba claro que la cosa no podía durar mucho”.
Cuando dura, puede durar toda la vida. Es el caso de Luis, que a sus 63 años va a cumplir 30 de casado con su mujer, de la que le separan 11 años. "Nunca ha sido un problema en absoluto”, cuenta. ”Las posibles distancias generacionales se acortan cuando hay gustos y afinidades en común. La convivencia continuada borrada las diferencias de edad. El roce hace el cariño y erosiona los posibles ángulos. Lo importante es compartir la manera de ver la vida”, asegura.
Con 15 años, Laura estuvo saliendo durante dos años con un hombre de 30. Y apunta un factor a tener en cuenta. “Creo que hay una diferencia importante en materia de género”, opina.
“Por lo general las mujeres maduramos antes, y eso hace que la brecha de edad se note menos cuando son ellos los mayores. Al mismo tiempo hay un componente de machismo que no se puede obviar: chocó y suscitó más críticas más la diferencia entre Emmanuel Macron y su mujer que la que, por ejemplo, George Clooney le saca a su actual pareja”.
Lo cierto es que, pese a que haya casos para todos los gustos, los datos no parecen apoyar a quienes piensan que el amor no entiende de edad. Un estudio de la Universidad de Emory, en Atlanta (EEUU) analizó la vida en común de 3.000 parejas para llegar a una conclusión clara: a mayor distancia de edad, mayor riesgo de ruptura.
El estudio puso, incluso, datos concretos sobre la mesa. La posibilidad de que la relación termine es del 18% en parejas con una diferencia de cinco años, del 39% cuando se llevan una década y del 95% cuando hay más de 20 años entre uno y otro miembro de la pareja. En el lado opuesto de la balanza están las parejas que apenas se llevan unos meses de diferencia, y cuyo riesgo de ruptura, según los investigadores, se reduce al 3%.