El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
EL DEBATE EN TORNO AL GÉNERO FANTÁSTICO
Hace unas semanas leímos un artículo extravagante e interesante que, a pesar de su enfoque improbable, estaba tardando en llegar. ¿Son tóxicos los superhéroes? Se trata de una pieza de Tanya Gold, en el que la columnista y a la vez madre aborda la obsesión de su hijo con los superhéroes.
Relata con humor cómo fue ella misma quien le inculcó el amor por el género fantástico, cuando el pequeño contaba solo tres años.
Primero fue Superman, el superhombre idealista, y después llegarían a su vida otros personajes algo egocéntricos (Iron Man), depresivos (Daredevil), con relaciones malsanas con las mujeres (Batman), e incluso inquietantes (Magneto, de los X-Men).
Pero lo que Tanya más odia de este fenómeno es la urgencia, la sensación de que todo se divide entre el Bien y el Mal.
"Estos tipos son malos referentes: ¿cuándo superará mi hijo la adicción a los superhéroes?". El artículo de Tanya Gold parece más un grito desesperado de una madre harta que una reflexión en firme sobre el género, pero incide en un punto muy interesante: la cultura del extremismo.
Es lo que Peter Biskind, famoso cronista cinematográfico, autor de libros como 'Sexo, mentiras y Hollywood' y 'Moteros tranquilos, Toros salvajes', trata en el último: 'The Sky Is Falling: How Vampires, Zombies, Androids and Superheroes Made America Great for Extremism'.
Con ese "Make America Great" hace un guiño a un tema imprescindible: en una era política inasible, de la victoria de Trump al Brexit, de la crisis de los refugiados a la radicalización de las ideologías, la cultura pop se hace eco y echa leña al fuego. Exacto, también es la era de 'Juego de Tronos'.
Vivimos en la era del extremismo
Aunque el planteamiento de Tanya Gold no deja de ser ciertamente interesante, quienes se muestran en desacuerdo con ella también tienen razón, sobre todo los que ponen encima de la mesa la siguiente pregunta. Si los superhéroes citados más arribas no son buenos referentes porque tienen defectos, ¿qué son buenos referentes?
Está claro que los personajes blancos de los programas infantiles pueden serlo, pero en algún momento hay que volar del nido. Aun así, si hacemos memoria, recordaremos épocas en las que el género fantástico era más maniqueo, estaba más polarizado, menos humano, más falto de matices…
Tal vez el hito del superhéroe adulto de la era moderna, al menos si hablamos del cine, uno de los códigos más populares, es 'El caballero oscuro' de Nolan, y a él le debemos ficciones como 'Daredevil' o 'Jessica Jones'.
Pero si hablamos de superhéroes buenos, en el sentido moral de la palabra, no podemos dejar en el tintero a 'Los Vengadores' salidos del imaginario de Joss Whedon. El creador de una serie como 'Buffy Cazavampiros' dirigió la primera entrega de la saga que reunió a los personajes de Marvel, y reivindicó su normalidad, su humanidad, su coralidad…
También es el momento de la diversidad y la inclusión ('Black Panther' ha sido toda una sensación sobre todo entre el público negro, acostumbrado a que los 'blockbusters' estén siempre protagonizados por blancos y a no poder identificarse en ninguno), y por supuesto, el del feminismo. 'Wonder Woman' arrasó de la misma manera, y recuperó uno de los personajes más inspiradores de la historia comiquera, y 'Capitana Marvel' hará lo mismo en 2019. Por no hablar de la próxima 'Batwoman' lesbiana…
El empoderamiento femenino
Si hay un argumento con el que se puede desmontar el artículo de Tanya Gold es precisamente el del empoderamiento femenino en la fórmula de los superhéroes. Y es precisamente eso por lo que necesitamos más superheroínas.
Lo contábamos hace varias semanas: según un estudio realizado por el canal británico BBC y el Women's Media Center, con motivo del estreno de la nueva Doctor Who, las niñas y jóvenes adolescentes se sienten mucho más motivadas a la hora de perseguir sus sueños si tienen a personajes femeninos como Supergirl, Capitana Marvel o Wonder Woman como inspiración.
En comparación con los chicos, ellas son mucho menos proclives a definirse a sí mismas como valientes y confiadas; lo mismo en cuanto a sentirse escuchadas. Por eso quieren figuras poderosas con las que completar su imaginario.
Si tenemos que lanzar alguna conclusión respecto al debate con el que abríamos el artículo, el de si la cultura de los superhéroes es tóxica para los niños y los adolescentes, podríamos decir que con matices.
Es cierto que la reflexión en torno al extremismo en el cine y en las series de televisión es bastante certero, sobre todo cuando hablamos de ciencia ficción, y ahí están los ejemplos de 'Black Mirror' y 'The Handmaids Tale'. No obstante, la fantasía no es el género al que debemos atacar, ya que, más allá de productos como 'Juego de Tronos', contienen ideales más moderados e inspiradores, de feminismo y nuevos hombres, de resiliencia y diversidad…
Pocas fórmulas hay que promuevan tanto la imaginación como la de los superhéroes, y que lo hagan además con un mensaje tan positivo: usa tus virtudes para convertirte en lo que ames.