CONSUMO COMPULSIVO
Superar una adicción es todo un reto, pero comienza sabiendo que se trata de un problema mucho más común de lo que se piensa.
Hoy en día es relativamente fácil que acabemos colgados de cualquiera de los estímulos que nos rodean. Sin ir más lejos, el porno es uno de los protagonistas. Contenido explícito a cualquier hora, en cualquier momento y completamente gratis. Un cocktail explosivo que nos atrae como una polilla que vuela distraída hacia la luz.
El problema aparece cuando, casi sin darte cuenta, has generado una dependencia que desplaza tu vida social y laboral. Si sientes un enganche muy poderoso hacia el porno, no te alarmes, y sobre todo, no te sientas culpable. Es relativamente sencillo caer en las garras de algo tan placentero y con una recompensa tan inmediata.
Igual te estarás preguntando ‘¿por qué debería dejar el porno si masturbarse no es algo malo?’. Consumir porno en exceso tiene consecuencias físicas y emocionales: desde la ansiedad, el estrés o la falta de concentración, hasta el déficit de energía e incluso el hermetismo social.
La barrera entre la diversión y la adicción es tan fina, que puede resultar difícil comprender cuándo aparece el problema. Pero ojo, que una vez iniciado el trayecto hacia la recuperación, tampoco es bueno demonizar el porno o convencerte de que tus genitales no existen.
Para frenar la adicción, expertos como el sexólogo Jose Luis García recomiendan ponerse retos asumibles para no empezar la casa por el tejado. "Se sabe que cuanto más precoz sea el comienzo, más probabilidades hay de acabar enganchado", explica en un ilustrativo hilo de Twitter, y añade que "en España la edad está entre los 6 y 8 años". Terrorífico...
No quieras tirar tu ordenador por la ventana de buenas a primeras porque, si recaes, tu frustración aumentará mucho y lo más importante es que la motivación no decaiga. Anota los días que llevas ‘limpio’ y si en algún momento te dejas llevar por un impulso, rétate. Ojo, nada loco, algo que te haga ser consciente de que ya lo has hecho: unas flexiones, unos saltos o incluso escuchar la canción que más odias en bucle.
También puedes compartir con alguien cómo va tu experiencia. Quitarle hierro al asunto nunca viene mal y te ayudará con el compromiso. Siempre es bonito tener a alguien en quien confías durante una difícil travesía como esta.
Si ya no puedes dejar de ver porno, has dejado el Fortnite, a tus amigos e incluso tu curro corre peligro, pide ayuda profesional. Uno de los errores más comunes es esconder este tipo de adicción por creer que es algo anormal cuando ciertamente es algo más común de lo que imaginamos.