FIN DE UNA ETAPA

Qué hacer con tu vida cuando acabas la universidad

Hasta este punto, todo han sido etapas educativas con objetivos claros pero, ¿qué puedes hacer una vez has terminado la carrera universitaria?

Estudiantes universitarios.Canva

Si resulta difícil escoger un camino profesional cuando se tienen 16 o 18 años, todavía es más difícil enfrentarse al final de la etapa educativa. La mayoría de personas recurren a alguna opción típica, como hacer un máster o unas prácticas, pero muchos caen en la mala costumbre de encadenar unas con otras, sin sentirse nunca realmente satisfechos. ¿Qué es lo mejor que se puede hacer una vez has terminado la carrera?

Lo primero y lo más importante es no agobiarse. Bien es sabido que una decisión tomada bajo presión y con prisas rara vez obtiene un resultado satisfactorio, y más vale tener tiempo de pensar las cosas bien que apresurarse a empezar una fase nueva sin saber si es realmente lo que quieres hacer con tu vida. Los másteres y los doctorados son una gran opción para aquellas personas que realmente desean obtener una educación más especializada, o ahondar en un área de interés con el objetivo de investigarla en profundidad. Por desgracia, hacer un máster se ha convertido en una coletilla muy cara de cualquier estudio universitario, y hay quienes recurren a ellos por la (dichosa) empleabilidad.

Aunque una formación especializada puede ayudarte a aparentar ser un empleado más valioso, solo tu destreza te servirá para encontrar un hueco en el que te sientas a gusto. Más vale trabajar en competencias reales, como los idiomas o la ofimática, que en una formación de miles y miles de euros que solo te convenza a medias. Si tienes un objetivo profesional claro, trata de aprender todo lo que hace falta para trabajar en ese puesto que ansías, y no trates de esconder tus carencias con títulos que no te han servido de mucho. ¡A largo plazo, será el camino que te llevará de forma más eficaz a tu meta!

Por último, no tengas miedo a ampliar tu abanico de posibilidades laborales, ya que el trabajo es solo trabajo, y uno nunca sabe dónde se sentirá más a gusto. Muchas veces, el entorno y las condiciones laborales son más importantes que el oficio que se desempeña, ¡así que ábrete todas las puertas posibles!