MADRID
Un mes después de llenar La Riviera en enero Veintiuno ganan de nuevo al llenarla por segunda vez. Este grupo de rock alternativo toledano desplegó el arte de perder ante un pequeño ejercito de fans que se las sabían todas en un concierto con Sexy Zebras, Chica Sobresalto, Xavibo y Juanjo y Paul de OT como invitados.
El arte de llenar La Riviera se ha convertido en uno de los pasos más esenciales por el que todas las bandas de rock alternativo español quieren y tienen que pasar en su camino hacia el éxito, entendiendo por éxito poder vivir de la música o por lo menos no perder dinero con ella.
Veintiuno es uno de esos grupos de rock alternativos surgidos alrededor de 2010 entorno a una floreciente escena, a la que se ha llamado indie español, que se estaba haciendo mainstream y en la que cabía un poco de todo.
Este grupo toledano lanzó su primer disco en 2015, después ficharon por Warner Music y desde entonces han ido dando pequeños pasos en la correcta dirección para hacerse un hueco propio como una de las bandas a las que no perderles la pista del rock alternativo español.
En 2023 presentaron El arte de perder, el que ha sido su disco más exitoso y en mi opinión el más redondo, y no paran de pasarles buenas cosas. Veintiuno está ganando y recientemente llenaron por segunda vez este año La Riviera en un concierto lleno de energía positiva, fans entregados e invitados especiales acertados.
Abrieron con fuerza con La ruina, una de las canciones más pegadizas de su último disco, y desde el minuto uno lograron conectar con su público. Si algo sabe hacer Diego es componer canciones con estribillos que se te agarran y ver a casi 2000 fans coreando practicamente cada canción es una prueba de ello.
Gabi Montes de Sexy Zebras salió para cantar Mañana lo dejo, otra canción super pegadiza de El arte de perder con la que el público no paró de saltar. Después Chica Sobresalto subió al escenario para interpretar la intensa Nudes del disco Corazonada y nos enamoró con su poderosa voz.
Pero sin duda la sorpresa fue Xavibo, al que todavía no tenía fichado, que cantó su preciosa Llorar al revés acompañado de Diego a la guitarra y los coros. Interesante cantautor urbano que ya me he guardado en mis playlists.
Al final fue un concierto de casi dos horas que remontó en la parte final cuando volvieron a subir la intensidad y cerraron por todo lo alto con sus dos canciones más potentes Dopamina y La vida moderna, en la que cantaron Paul y Juanjo de la última edición de OT.
La vida moderna es no tener prejuicios musicales, que se te pegue el buen ambiente de un concierto, dejarte sorprender por cosas que no conocías y disfrutar de las canciones más pegadizas de Veintiuno.