¿MITOS O VERDADES?
Las relaciones poliamorosas han sido ampliamente criticadas en la cultura popular, y son muchos los que las condenan al fracaso. Pero, ¿realmente son tan inviables como se dice o es solo que encajan con cierto tipo de personas?
Las relaciones poliamorosas no son para todos: hay quienes creen que son la forma de relación de pareja definitiva, pero también hay quienes la demonizan y la califican como un fracaso asegurado. En mitad de todo ese debate, que ya ha durado más de una década, toca analizar hasta qué punto es cierto que las parejas poliamorosas son un proyecto condenado a morir más pronto que tarde.
Hay algo que no se puede negar: para la mayoría de las personas, una relación poliamorosa es mucho más difícil de gestionar que una tradicional. La comunicación y la confianza deben ser absolutas, y se debe estar preparado para tener conservaciones complejas sobre asuntos que la mayoría de parejas no tienen que tratar. Muchas de las relaciones poliamorosas que fracasan son los primeros intentos que una persona hace de ellas, ya que todavía está descubriendo si es algo con lo que encaja o no.
La realidad es la que es: la tasa de divorcio es cercana al 70%, y cada vez son menos las personas que construyen una vida en pareja. Llegar a la jubilación junto a una persona con la que se tengan décadas de historia de amor es cada vez menos habitual, así que el fracaso en las relaciones es algo que se espera de la mayoría de las parejas, no solo de las poliamorosas.
La clave del éxito de una pareja (y, en realidad, de cualquier relación cercana) es que se construya un amor sano y que este se cuide como un tesoro. Ese amor puede tener formas muy distintas, y cada pareja debe encontrar cuál es la forma que quiere dar a su amor. ¡A veces, todo es cuestión de prueba y error!