CALCULANDO

Por qué nadie quiere cambiar de trabajo en verano

Las empresas lo tienen especialmente complicado para encontrar trabajadores nuevos cuando se acerca el verano, y no es hasta septiembre cuando finalmente se recupera el ritmo de candidaturas, que tiene su pico a principios de año. ¿A qué se deben estas preferencias de los trabajadores?

Entrevista de trabajo.Pixabay

En la actualidad, son pocas las personas que entran en su primer trabajo con la esperanza de quedarse en esa empresa durante el resto de su vida laboral. La mayoría de los jóvenes tienen asumido que pulularán entre distintos proyectos hasta que finalmente encuentren un sitio en el que desarrollar un plan de carrera a largo plazo. Eso significa, por supuesto, que de vez en cuando toca hacer las maletas y cambiar de empresa, con las consecuencias que eso tiene para los derechos del trabajador. Son muchos los que evitan, en la medida de lo posible, cambiar de empleo durante el verano; pero, ¿cuál es la razón?

Cuando una persona deja su puesto de trabajo, la empresa está obligada a compensarle los días de vacaciones que no haya disfrutado; y, por lo general, lo hace a través de un extra económico, con una cantidad concreta a compensar por cada día de vacaciones no disfrutadas. En el siguiente puesto de trabajo al que se acceda, solo se podrán tener los días de vacaciones proporcionales al número de meses del año que queden: más o menos, dos por cada mes.

El problema está en que, cuando una persona cambia de trabajo en pleno verano, asume, por lo general, que ese año apenas tendrá vacaciones: la empresa anterior le pagará los días no disfrutados, y la siguiente solo le dará siete u ocho, que tendrá que repartir entre lo que quede del verano y los días de Navidad. Estar todo un año trabajando sin tener casi días libres es algo bastante duro de aguantar, y es por eso que la mayor parte de los empleados prefieren cambiar de trabajo a principios de año, o pasadas sus vacaciones de verano.

Este dilema con los días de vacaciones se extiende, incluso, a que muchos no quieran cambiar de trabajo tampoco en primavera. ¿Por qué? Pues porque la mayoría de las empresas ya tendrán organizadas las vacaciones de sus trabajadores, y si llega alguien nuevo tendrá que adaptarse a los días que le puedan dar. Si alguien tiene viajes organizados para el verano, es probable que tenga que cancelarlos si decide cambiar de trabajo pocos meses antes de las vacaciones estivales. ¡Quién habría pensado que cambiar de trabajo fuese una decisión tan calculada!

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